¿Por qué se produce un sangrado dentro del ojo?

Son varias las enfermedades que pueden producir un sangrado o hemorragia intraocular. Las más frecuentes son la retinopatía diabética, la formación de un desgarro retiniano y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).

¿Qué síntomas tiene una persona con un sangrado dentro del ojo?

Cuando se produce un sangrado intraocular la persona puede notar desde la aparición de una multitud de puntos negros o moscas volantes hasta una pérdida total y brusca de su visión.

Si el sangrado se produce en la mácula (zona central de la retina), el paciente nota una distorsión de la visión central en que las líneas rectas o los contornos de los objetos aparecen ondulados o curvados (metamorfopsias) dificultando la lectura, ver la TV, conducción, etc.

Ante estos síntomas es importante acudir rápidamente a un oftalmólogo especialista en retina para hacer una valoración.

¿Cómo se diagnostica un sangrado intraocular?

Para diagnosticar un sangrado intraocular es necesario realizar un fondo de ojo bajo dilatación que confirme la presencia de una hemorragia en el interior del ojo y permita conocer el estado de la retina y mácula.

El interrogatorio sobre antecedentes del paciente (diabetes, traumatismo, miopía, etc.) y la exploración de ambos ojos ayudarán a determinar cuál es la causa del sangrado en cada caso.

¿Qué pruebas complementarias hay que realizar ante un sangrado intraocular?

El retinólogo determinará que pruebas complementarias son necesarias en cada caso teniendo en cuenta la causa, tipo y magnitud del sangrado. Algunos pacientes requieren una ecografía ocular para conocer el estado de la retina, otros necesitan una tomografía de coherencia óptica (OCT) para valorar la mácula, en otros una angiografía fluoresceínica puede ser de gran ayuda, etc.

¿Cómo se trata un sangrado intraocular?

El tratamiento del sangrado intraocular variará en función de la causa, la cantidad y el tipo de hemorragia.

Puede estar indicado la observación en algunos casos, la realización de una fotocoagulación retiniana con láser en los desgarros retinianos, la aplicación de inyecciones intravítreas en la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) húmeda o la microcirugía de retina (vitrectomía) en aquellos casos con hemorragias masivas o desprendimiento de retina asociado.